La Niña

En una noche tan obscura puede ocurrir cualquier cosa, en los días de muertos las experiencias sobrenaturales aumentan y menos pensado puede llegar a ocurrirle a cualquiera de nosotros, como por ejemplo ¡¡¡A USTED QUE LEE ESTO!!!.

En una noche del primero de noviembre Día de los Muertos cuando se recuerda a todos aquellos niños difuntos, había una espantosa lluvia que parecía que inundaría la ciudad, por lo cual la gente prefería abordar un taxi para mojarse lo menos posible, el tráfico estaba insoportable.

Andrés, un joven taxista, se encontraba trabajando esa noche y a lo lejos observo que alguien le había hecho la parada, Andrés se detuvo entre Colinas del Río y cerca del panteón, al detenerse se dio cuenta de que su pasajera sería una pequeña niña que tenía aproximadamente 9 años. La niña subió al taxi junto con una corriente de aire helado, Andrés saludo amablemente: Buenas noches, adonde te llevo, a lo cual la niña solo respondió: Quiero ir con mi mamá. Andrés respondió: si con tu mamá pero ¿En dónde vive? Oye ¿Tienes una?, la niña no contestó, solo dirigía su vacía y extraña mirada hacia la nada por la ventanilla del taxi. Andrés noto que estaba lloviendo demasiado fuerte y que la ropa de la niña estaba completamente seca y que abrazaba con fuerza a una pequeña muñeca de trapo completamente rota, sucia y llena de sangre. El taxista volvió a preguntar ¡Niña, niña adónde te llevo! , ella respondió: con mi mamá a Colorines, el taxista dijo: Ah por lo menos ya sé por dónde vives, la calle de Colorines pero tú me dices en que casa, la niña respondió: sí, llévame con mi mamá.

Al entrar a la calle la niña sonreía al ver los altares del día de muertos y preguntó al taxista ¿Te gustan los muertos?, Andrés sintió que la sangres se le helaba al escuchar dicha pegunta al mismo tiempo que la niña señalaba una antigua casa y decía ¡¡Sí, sí allí vive mi mami!! Andrés detuvo el taxi en la calle Colorines # 126, cuando la luz del interior del taxi se encendió, se observó el rostro de la niña era impactante su rostro sin expresión sus labios casi negros y llena de moretones los cuales contrastaban con la palidez de su piel, su cabello obscuro estaba peinado por dos trenzas desalineadas que enmarcaban su rostro, la niña sin decir nada bajo del taxi y se dirigió a la antigua casa y entro al mismo tiempo que aquel frío desaparecía Andrés arrancó mientras decía: que cosa tan extraña, esa niña tan bonita y a la vez, he, he ¿qué es esto? La muñeca de la niña, bueno se la voy a llevar a su casa.

Andrés regresó y al tocar la puerta de la casa en donde había entrado aquella niña, un hombre joven con una expresión en cara de angustia y dolor le abrió, Andrés saludo: Señor buenas noches vengo entregar esta muñeca a una niña que vine a dejar hace un rato y que la dejó olvidada en mi taxi. El joven hombre asustado decía: ¡¡¡¡No, no!!! ¡¡¡NO PUEDE SER LA ÚNICA NIÑA QUE HABÍA AQUÍ MURIÓ ATROPELLADA LA SEMANA PASADA!!! Mientras un gran llanto recorría sus mejillas, entonces Andrés recordó aquella pregunta que la niña le había hecho ¿¿TE GUSTAN LOS MUERTOS?? Mientras sentía que ¡¡¡un gran escalofrió le recorría todo el cuerpo!!!.