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El Perro Negro

¡Duerman ya! ¡Está por venir!

Oscar, Fernando, Luis, Alan, Israel y pablo toman unos días de descanso en una aislada y vieja casa de Aguascalientes, solo hay un vigilante que cuida la propiedad. Por la noche el grupo de amigos enciende una fogata, a lo lejos vieron otra.

Testigo: Extrañamente aquella fogata permanecía fija, no se movía con el viento. No le prestamos mayor atención y alrededor de las once u once y media nos fuimos a dormir.

Al poco tiempo una voz tenebrosa los despertó. Es Luis, su cuerpo se agita intensamente y habla con una voz que no es la suya. Alan que trata de calmarlo es arrojado violentamente. Luis con aquella voz ordena:

¡Duerman, Duerman ya!

Luis se estremece nuevamente. Habla con su voz habitual...

¿Dónde estoy? ¿Dónde está mi cuerpo? ¡Chavos! ¿Dónde están?

El se estremeció de nuevo y otra vez hablo con esa voz espantosa.

¡Duerman! ¡Muahahaha! ¡Está por venir! ¡Está por llegar!

Testigo: Fernando gritó: En nombre de Dios dinos quién eres. Él pronunció un nombre extraño, difícil de entender y comenzó a moverse violentamente y nos salimos del cuarto en busca de un crucifijo. En eso Luis salió y fue a recargarse en una pared mirando a aquel punto donde habíamos visto aquel extraño fuego.

Los muchachos regresaron con un crucifijo, lo acercan a Luis y lo rechaza con una mescla de furia y horror. Tratan de controlarlo, Israel lo abofetea para hacerlo reaccionar. Luis pierde el sentido.

Testigo: Al día siguiente decidimos irnos de ahí. Luis no recordaba nada. El vigilante nos contó que un enorme perro negro aparecía por el lugar y haciendo que los pocos habitantes del rumbo se espantaran, varias veces le habían disparado matándolo y volvía a levantarse.

Mucho tiempo después aquel grupo escucho el testimonio de un hombre que relataba como un hermano suyo fue atacado violentamente por un perro negro cerca de ese lugar y había escuchado una voz tenebrosa. El muchacho enloqueció y murió finalmente.

Testigo: Todavía hoy al reunirnos mis amigos y yo, los que vivimos esa escalofriante experiencia tratamos de explicarnos qué clase de ser es el que habita ese lugar. Para que vive ahí no le cabe duda de que es el mismo diablo.