La muerte: una historia viva. Existe un lugar que cabalga entre lo oculto, lo misterioso y lo irreal, almas que penan, apariciones terroríficas, voces escalofriantes, seres que gozan con el sufrimiento ajeno, todo esto es un mundo que parece una pesadilla y que puede rodear a cualquiera, incluso a ti mismo en cualquier momento. Estamos en viernes, un día como hoy el grupo de amigos decidió realizar su acostumbrada excursión de fin de semana acampando en la sierra fría, si hubiesen sabido lo que aquella noche de viernes les deparaba jamás hubieran ido a ese lugar.
— Pues yo respeto todo eso, existen y sé que se aparecen en la noche de los viernes volando convertidas en bolas de fuego, me cae que las brujas existen.
— No yo no creo, yo lo único que les digo es que hemos acampado muchas veces y en ninguna nos ha pasado algo malo y nunca hemos visto nada.
Los jóvenes discutían tranquilamente, después de haber escalado las colinas y cañadas del lugar. El día empezaba a oscurecerse por lo que decidieron detenerse en un claro del lugar.
— Ah ya es muy noche, vamos a poner la casa de campaña antes de que nos alcance la madrugada y la flojera, pero, pero ¿qué es eso? Ya vieron lo que viene por ahí.
— Que oye que ¿Dónde?
Los jóvenes observaban sorprendidos como enormes luces se acercaban a ellos viajando por el aire, no podían distinguir qué era lo que despedía aquella luz con tanta fuerza.
— Ah no se apuren parecen que son luces de avión ¿No?
— No, no, no, un avión no vuela tan bajo por estos lugares, tal vez es un helicóptero, pero no se escucha el motor.
— Ah, es muy extraño, parecen, parecen como voces humanas, sí, sí son voces humanas, sí vean, son como figuras de mujeres, se están acercando demasiado.
— ¿qué es eso? Espera, vámonos.
Cuando aquellas tres luces estuvieron lo suficientemente cerca, los jóvenes descubrieron horrorizados que se trataban de bolas de fuego que dibujaban entre las llamas los rostros de brujas satánicas que despedían un horrible olor a azufre.
— ¡¡¡Corran, corran!!! ¡¡¡Vámonos!!! ¡¡¡Corran, corran!!!
Corrieron tratando de escapar de los seres de fuego que los perseguían, pero sólo unos cuantos pudieron lograrlo.
— ¡¡¡¡Ah!!! ¡¡¡No me dejen!!!
De pronto el fuego que despedían aquellos seres se apagó, en su lugar quedaron extrañas mujeres, que rodearon a uno de ellos, nadie sabe lo que paso, pero de aquel joven, nada volvieron a saber.
— ¡¡¡Socorro!!! ¡¡¡No me dejen!!!
Lo que sí se sabe es que esas mujeres son brujas, que vagan por la noche, se les puede ver como bolas de fuego en el campo volando a ras de suelo y en la ciudad, hoy noche de viernes, puedes verlas volando sobre cualquier lugar, incluso donde estés tú ahora.