¡Angélica, Angélica!
Angélica: Mamá, me asusta la mujer de allá arriba.
Mamá: ¿Qué paso, qué paso?
Papá: ¿Qué tienes hijita?
Angélica: Mamá una señora de allá arriba me esta asustando
Mamá: Ya hija, ya tranquila
Esta es la historia de Angélica, cuando ella tenía escasos 10 años y su recamara fue poseída por el espíritu de una mujer, hoy en día aún no encuentran razones lógicas que expliquen lo sucedido.
Mamá: ¿Ay viejo, qué hacemos con la niña? Yo creo que ya no hay que dejarla ver tan tarde televisión. A diario se despierta a media noche asustada, aparte ya cambio su forma de ser, se ha vuelto muy rara.
Papá: No te preocupes, ha de querer llamar la atención, y lo de su carácter, esta creciendo, es parte de la edad, ándale, duermete ya.
Angélica... ¡Mátalos! ¡Mátalos!
Angélica: ¡No vete, vete, déjame, déjame!
¡Jamás! Quítate ese crucifijo.
Angélica: Mamá, papá, aquí esta la mujer.
Los padres al escuchar los gritos desesperados de Angélica, corrieron hasta sus habitación y la encontraron en un rincón, pálida, casi sin aliento y sosteniendo en sus pequeñas manos el crucifijo que llevaba colgado en su cuello.
Mamá: Hija que tienes, ¿Qué te pasa?
Angélica: La mujer. Me dijo que los matara.
Cada noche el espíritu de la mujer seguía presentandose ante Angélica quién ya no podía estar sola ni un momento, por lo que los padres acudieron con un sacerdote en busca de ayuda.
Sacerdote: Señores, deacuerdo a lo que ustedes me han dicho tengo que ser muy franco, ese ser es un espíritu maligno, un demonio, y no es la primera vez que me hablan de él. Mejor váyanse de esa casa.
Mamá: Pero, ¿Por qué, padre? ¿Por qué a nuestra hija?
Sacerdote: En este mundo existen dos fuerzas poderosas, el bien y el mal, así como existe un Dios que es toda bondad, existen seres malvados también, que quieren hacer daño, y se valen de pequeños e inocentes como su hija. Dejen esa casa cuanto antes.
Aquella familia después de la advertencia de aquel sacerdote, llego a su casa y comenzarón a empacar.
¡Angélica! ¡Angélica!
Mamá: ¿Y la niña? ¿Escuchaste eso? ¿Dónde esta la niña?
¡Angélica! ¡Angélica!
Angélica: ¡No me dejen, ayúdenme!
Los padres corrieron a rescatarla y antes de entrar al cuarto de su hija la puerta se azotó de pronto impidiendoles el paso.
Angélica: Mamita, por favor, sácame de aquí.
El padre de Angélica se abalanzó contra la puerta con tal fuerza que pudo derribarla. En la habitación, los muebles y objetos volaban por todas partes, los muros temblaban y ahí esta una mujer vestida de negro con una expresión diabólica flotando a mitad de la habitación, con una mirada de furia y terror.
Papá: ¡Nooo!
Es mía.
A pesar del terror que invadía el lugar, el papá corrio hasta su hija y salió con ella en brazos, los tres bajaron las escaleras y corrieron hacia la puerta de salida, y justo ahí.
Donde esten, a donde vayan... ¡Los seguiré, los seguiré!
Los padres se armaron de valor, cerraron los ojos y lograron salir de la casa. Atravesando el cuerpo de aquel demonio.
Tiempo después la familia de Angélica encontró un nuevo hogar, lejos de ahí, y sus vidas habían ya vuelto a la normalidad.
Mamá: Angélica, hija, ya ven a cenar.
Papá: ¿Que tanto haces hija? Te estamos esperando, ven acá.
¡Angélica!
Angélica: ¡Noooo!