Los payasos son los personajes favoritos de todos los niños, siempre los hacen reír, pero como en toda regla hay una excepción. Existen payasos que pueden ser la peor pesadilla de un niño.
Una hermosa familia compuesta por el Doctor Fernando Gómez (un traumatólogo de quinta), Magdalena Cruz (una renombrada fotógrafa de esqueletos) y su hijo Fernandito Junior mejor conocido como pollito. Estaban de visita en la colonial ciudad de Guanajuato, al salir del museo de las momias Fernandito Junior vio que un hombre vendía un enorme payaso de juguete. Fernandito adoraba a los payasos y tenia una gran colección.
Pollito: Papá, mamá, ¿me regalas este payaso?
Fernando: El señor no esta en venta hijo.
Don Ramón: Que paso, que paso, vamos ai.
Fernando: Perdón, perdón.
Pollito se puso necio pero no porque estuviera tomado, después de mucho alegar el doctor Fernando accedió.
Fernando: Esta bien pero dime la palabra mágica.
Pollito: No tanto como tú.
Fernando: Me lleva la… Esa no, no dije la contraseña, dije la palabra mágica.
Pollito: Por favor.
Regresaron a Aguascalientes, a su casa ubicada en la calle esjinerillas en Ojo Caliente. Pollito estaba feliz con su payaso. Al llegar la noche se acostó y puso al payaso junto a él. Ya entrada la noche Fernando y Magdalena despertaron al escuchar ruidos extraños en el baño.
Magdalena: Fui al baño, escuche que alguien vomitaba y pensé “Cielos, mi hijo se siente mal”. Traté de abrir la puerta y no pude, toque y pregunte si se sentía mal. Me contesto que no y me fui a dormir nuevamente.
Lo que magdalena no supo fue que quién vomitaba en el baño era ESO EL PAYASO. Cuándo terminó de vomitar aquel muñeco demoniaco regresó silenciosamente el cuarto de pollito.
Pollito: Venía como borrachito, toda su ropa estaba vomitada.
Ambos quedaron mirándose fijamente. Entonces aquel payaso con un gesto enfadado en su pintarrajeada cara habló.
Eso: Ya ni la haces güerejo, te rugen las patrullas. ¡Lávate las patas!
Pollito se asustó, corrió hacia el cuarto de sus papás, los despertó y les contó lo sucedido. El doctor Fernando y Magdalena lo mandaron por un tuvo. Molesto pollito regreso a su recámara, tomó por el gaznate al payaso ese y el payaso quiso hacerse el gracioso.
Eso: ¡Somos cuates! Arrrghhhgh…
Pollito: ¡Toma! ¡Toma!
Eso: ¿Quieres jugar conmigo? Je je, no me digas que te enojaste. Era una broma.
Pollito: ¡Toma!
Pollito comenzó a ponerle una madrina a aquel ser por payaso.
Eso: Orale pollito me madrugaste, me pegaste en la malagueña.
Pollito: ¡Toma! Eso cochino.
Eso: Ahí muere chavo, tranquilo.
Pollito: Para que me vuelvas a asustar.
Pollito preparó su golpe mortal y grito al estilo Dragon Ball:
Kame Hame
Eso: ¡No manches, somos cuates, no te manches noo!
¡Haaa!
Al día siguiente el Doctor Fernando y la Radióloga Magdalena vieron que pollito dormía con una cara sonriente. Al payaso lo encontraron hecho pedazos en el contenedor de la basura.
Fernando: ¿Qué pasó? ¿Y este payaso por qué esta destrozado?
Ahora todas las noches se escucha que suena un bote de lata en la azotea y una voz tenebrosa que dice: ¡Fue horrible! ¡Fue Horrible!
Pollito: Y desde ese día ya no me baño.