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Los Demonios

Una de las historias más tenebrosas e impactantes que esta presente en las mentes de la gente del municipio del Rincón de Roma y de todo Aguascalientes es la que usted escuchará a continuación.

Testigo: Me han dicho que en la puerta aún se pueden ver los rasguños de esos demonios.

Hace trece años un humilde y joven matrimonio y sus dos pequeños hijos llegaron a vivir a una casa situada cerca del rincón de romos, desde el primer día los niños lloraron toda la noche, al encender sus padres una pequeña lámpara de carburo que tenían y que iluminaba escasamente los niños cesaban de llorar.

Testigo: Pensamos en dejar esa lámpara prendida todas las noches pero no teníamos dinero suficiente para comprar tanto carburo.

Una mañana descubrieron que sus pequeños hijos tenían el cuerpo rasguñado y lleno de moretones.

Testigo: A como pudimos juntamos unos centavitos, los trajimos con un médico muy conocido de aquí de Aguascalientes, de los rasguños nos dijo que podían ser las ratas, de los moretones dijo que tal vez pues era la debilidad. Les receto unas medicinas para eso.

Nada cambio. Desesperados decidieron acudir a un sacerdote de Rincón de Romos que era muy apreciado por sus cualidades. Tras escucharlos el sacerdote les dio dinero para comprar carburo suficiente para toda la noche.

Testigo: Nos dijo que tuviéramos unas ramas de pirul a la mano, que atrancáramos la puerta y que a oscuras esperáramos a que los niños empezaran a llorar, entonces teníamos que encender la lámpara y les preguntáramos a los niños hacia donde estaba lo que los asustaba y lanzáramos golpes con las ramas de pirul hacia ahí donde estaban. Mis hijos todavía no hablaban pero nos dijo que no importaba, que les preguntáramos y que lanzáramos golpes hacia donde nos decían.

Así lo hicieron, esperaron a oscuras y los niños comenzaron a llorar, encendieron la lámpara y al mirar hacia donde dormían sus hijos vieron algo terrible.

Testigo: Nuestros hijos eran lanzados de un lado a otro por algo que no veíamos, mi mujer y yo nos asustamos mucho, quisimos correr pero a fin de cuentas nos aguantamos, con todo y miedo alcanzamos a agarrarlos pero aquello nos los quitaba de los brazos y seguían lanzándolos por el aire. Mis hijos lloraban mucho.

Cuando finalmente lograron sujetar a sus hijos y les preguntaron donde estaba aquello que los asustaban ellos señalaron hacia muchos lados. Hombre y mujer lanzaron golpes con las ramas de pirul. Sentían que golpeaban algo y escuchaban terribles gemidos.

Testigo: Duramos así casi toda la noche, aquello parecía no acabar y finalmente todo terminó, el cansancio nos venció, agarramos a nuestros hijos en brazos y después dormimos.

Al amanecer cuando despertaron con horror vieron como el piso, paredes y techo estaban totalmente manchados de sangre. Confundidos y aterrorizados decidieron recoger sus pocas pertenencias y salir de ahí. Al querer salir descubrieron que la puerta estaba totalmente arañada y cubierta de sangre, como si muchos pequeños demonios hubieran querido huir desesperadamente de aquel cuarto.

Testigo: Abandonamos la casa, dejamos Rincón de Romos. Gente a la que le he contado lo que nos paso y que han ido a ver la casa dicen que sigue sola, que pintaron sus paredes, que otras personas la han ocupado pero no duran mucho tiempo ahí viviendo. Me han dicho que en la puerta aún se pueden ver esos rasguños, los rasguños de esos demonios.